El otro día me preguntaron: "¿Por qué lo querés a Roberto?" "Qué pregunta pelotuda", pensé Yo. Pero después de pensar un poquito... me di cuenta de que nunca me había preguntado por qué lo quiero. Así que me puse a escribir. En realidad primero pensé, y después lo escribí. Y poco a poco voy a ir haciendo públicas mis razones. Hoy puedo decir que lo quiero porque se queja mucho: Roberto no sería Roberto si no se quejara.
Y como Yo quiero a Roberto, y no a Alberto, lo quiero con queja y todo.
Y por eso lo quiero. Porque si no se quejara, no sería Roberto. |